miércoles, 11 de marzo de 2009

112

"Hola, ¿es la policia?"
"Buenas tardes, señor. Por favor diga su nombre completo."
"Estoy sentado ahora mismo en el alfeizar de la ventana preparándome para saltar."
"Si llama usted por un ataque, pulse uno. Si llama usted por un suicidio, pulse dos. Para cualquier otra consulta, pulse tres."
Otto, sin dar crédito a lo que escucha, se separa el terminal de la oreja y pulsa el dos.
"Servicio de asistencia a suicidas. Diga su nombre completo, por favor."
"Oiga, señorita, usted es la misma de antes, ¿no?".
"Si, señor...no me ha dicho su nombre."
"Entonces, ¿me puede explicar para que me pide que pulse un número?"
"Es para nuestras bases de datos y estadísticas, señor".
"¡Pero que yo llamo porque me voy a suicidar!"
"Señor, ya hemos registrado que ustes ha pulsado dos. Por favor, deme su nombre completo."
"Si me voy a tirar por la ventana, ¿para que quieres mi nombre completo?"
"Es para nuestra base de datos, caballero. No puedo continuar con la llamada si no se identifica."
"Está bien, señorita. Mi nombre es Otto Garcia Joderovich."
"Uff. Muy bien, señor Garcia. ¿Su segundo apellido es por joder....jiji?"
"Señorita, le recuerdo que la llamo porque me voy a suicidar."
"Tiene toda la razón, señor García. Disculpe vuecencia."
"Señorita, su tono creo que no es el apropiado para la situación."
"Lo siento señor, pero no nos está permitido revelar nuestra situación."
"No le preguntaba eso, pero, ahora que lo dice, ¿no puede decirme donde está?"
"No, caballero, aquí en el centro de atención al cliente de Valladolid no nos está permitido. En el de Cadiz, si."
"Aja, la he pillado. Ya me ha dicho usted donde estan sin darse cuenta."
"De eso nada, yo no le he dicho que estamos en el Polígono Argales....uppssss."
"Sinceramente, señorita, me resulta indiferente donde esté usted. Yo se donde estoy yo, que es en un alfeizar en un décimo piso a punto de saltar."
"¿Sería usted tan amable de indicarme su dirección?"
"Mi dirección es vayase al carajo número que le den."
"Carajo, carajo... Lo siento señor, pero esta calle no me aparece en nuestro CRM."
"Grssdffereeddododod."
"Esa calle tampoco me aparece, señor."
"Señorita, ¿como se llama usted?"
"Zoraida."
"No me lo creo. Seguro que ese no es su nombre verdadero."
"No, señor, pero no puedo darle información sobre mi nombre verdadero."
"Pues me gustaría saberlo, porque empieza usted a gustarme."
"Pues no puedo decirtelo, Otto..."
"Si me lo dijeses yo también podría llamarte por tu nombre, falsa Zoraida."
"Bueno, de acuerdo, me llamo Antia. Y antes de que lo digas , te juro que este es el de verdad. Mi madre, que era gallega."
"Pues la mía alemana, de esas rubias enormes, que se casó con un inmigrante canijo de Santurce."
"Hay que ver las vueltas que da la vida. Yo tenía un perro que se llamaba Otto. Lo mató un coche."
"Hablando de matar, yo te llamaba precisamente por eso. Que me voy a tirar por la ventana."
"No digas tonterías, Otto. Si realmente no te interesase nada en este mundo, ¿a que viene esta conversación que hemos tenido?"
"Quizá tengas razón. No me había planteado nunca que la curiosidad puede ser un motor para la vida. Pues de eso estoy lleno."
"Entonces no te preocupes.....Por favor, señor, ¿puede indicarme usted su dirección?"
"¿Antia? ¿Que ha pasado?"
"Señor, en estos momentos todos nuestros operadores están ocupados. Llame pasados unos minutos"

CLACK

Otto, desconcertado, sujeta el teléfono entre las manos. Se aleja de la ventana. Tiene que averiguar más sobre esa chica. Volverá a llamar hasta encontrarla.

Ana comenta a su jefa que ya ha salvado a otro suicida. Con este van 25 en lo que va de semana. Todo un record. Nadie entiende cual es su método.

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